Conservar el agua pura y los resultados, fiables

Por Kylie Wolfe.

¿Qué es lo único sin lo que no se puede vivir? El agua con su simple fórmula química ayuda a los sistemas complejos del cuerpo. Mantiene las células con vida y la temperatura interna bajo control. En gran medida, es responsable de que la Tierra sea un planeta habitable, ya que sin agua no podríamos sobrevivir más allá de unos días.

«Nos la bebemos, nos bañamos en ella, la usamos para limpiar», dice Kim Knepper, especialista en productos para el mantenimiento de sistemas de agua en Thermo Fisher Scientific. «Es un elemento básico en nuestras vidas y también muy universal para el trabajo en el laboratorio».

El agua es una parte esencial del laboratorio, pero también puede ser una fuente de contaminación. La detección temprana de la contaminación y la capacidad para conservar la pureza del agua pueden ayudarle a alcanzar los resultados más precisos. Tanto si el agua se utiliza para fines generales como para pruebas analíticas o aplicaciones de ciencias de la vida, es importante eliminar las impurezas antes de que se conviertan en un problema.

Establecimiento de normas

Si bien hay muchos elementos que pueden introducir errores en un experimento de laboratorio, hay uno que se puede controlar desde el inicio. No permita que el agua afecte negativamente su trabajo; utilice la siguiente información como guía para establecer las normas para la purificación y el uso del agua.

En primer lugar, haga correr agua por el sistema. Cuando dispense agua de su sistema de purificación, asegúrese de que cuente con la pureza adecuada para su aplicación. Asimismo, debe desechar la primera agua dispensada del sistema y evitar añadir más tubos al filtro. Lo ideal sería que el agua que use proceda directamente del sistema.

Knepper recomienda desechar el primer litro de agua, especialmente si no se ha usado durante ocho horas o más, para «purgar el filtro del punto de uso (y eliminar) cualquier posible impureza que se haya recibido de la atmósfera». A lo largo del día, solo tendrá que desechar los primeros 50 a 100 mililitros.

Vacíe siempre el agua que ha estado estancada. Si va a rellenar un depósito con agua purificada, vacíelo siempre antes de añadir más agua. No añada agua a la existente hasta llenarlo. Se pueden acumular los contaminantes en el agua que se ha expuesto al aire.

«Piense en la botella de agua de la que bebe», comenta Knepper. «Cuando está constantemente bebiendo de ella, y se deja un poco de agua, luego la rellena de nuevo, y todavía hay un poco de agua rancia ahí. Al final, el agua no tiene sabor fresco. La recomendación es que se tire el agua anterior antes de rellenar la botella con agua potable; en los recipientes del laboratorio el procedimiento tendría que ser el mismo».

Utilice el tipo de botella adecuado. Existen diversos tipos de materiales de botella, y cumplen distintos propósitos. En función de su aplicación, tome una decisión informada eligiendo entre plástico y vidrio antes de empezar un nuevo experimento.

«El agua pura no está en su estado natural, y absorberá todo lo que pueda, incluido el CO2 del aire, los vapores y todo lo que pueda filtrarse de la botella», dice Knepper. «Por lo tanto, si la aplicación es sensible a los componentes orgánicos, utilice una botella de vidrio para el almacenamiento. Si la aplicación es sensible a los iones, utilice una botella de plástico fabricada con materiales inertes».

Mantenga el sistema de agua. Sustituya los filtros y cartuchos regularmente para asegurarse de que dispensa agua con el nivel de calidad esperado. De este modo, se asegurará de que el agua no es una fuente de errores para sus experimentos.

«No es diferente de cambiar el filtro de aceite del coche y revisar los cinturones. Con el sistema de agua, le conviene hacer lo mismo, para asegurarse de que puede proporcionarle agua purificada cuando la necesite», explica Knepper.

Reconocimiento de las impurezas

Las impurezas pueden ser desde sustancias químicas no deseadas hasta contaminantes microbianos. Entre las más comunes, se incluyen partículas suspendidas, coloides e iones inorgánicos. La presencia de estos contaminantes puede interferir en el funcionamiento del instrumento, obstruir los filtros, alterar el intercambio iónico y afectar la vida útil de los cartuchos.

Estas impurezas proceden de varias fuentes. En el laboratorio, pueden contribuir los suministros de limpieza, los guantes, el mobiliario e incluso, la piel. Este es el motivo por el cual es especialmente importante evaluar la calidad del agua antes de empezar un experimento. Para ello. es necesario contar con un sistema de purificación de agua adecuado y con un mantenimiento correcto, estos son pasos fundamentales para su investigación científica.

Selección de un sistema de purificación de agua

A la hora de elegir un sistema o método de purificación del agua, resulta útil conocer la fuente de agua, su contenido y cómo sus impurezas pueden afectar a los experimentos. Tenga en cuenta la cantidad de agua que usa y el modo en que la utilizará. El acrónimo FAVOR le puede ayudar a llevar a cabo esta evaluación.

F – Fuente: ¿Cuál es su fuente de agua? Existen distintos niveles de calidad del agua, por lo que debe saber con qué está alimentando su sistema, incluidos los tipos de impurezas que debe tratar.

A – Aplicación: ¿Qué hará con el agua? Enumere sus aplicaciones más críticas y determine a qué impurezas serán más sensibles. El sistema que elija debe poder abordar estas inquietudes.

V – Volumen: ¿Cuánta agua utiliza al día o a la semana? Si sabe esta respuesta, podrá determinar el tamaño del sistema que necesita para satisfacer su demanda. Del mismo modo, le ayudará a evitar tener que esperar para purificar más agua.

O – Orientación: ¿Dónde planea instalar el sistema? Hay distintos tipos de unidades, algunas que pueden colgarse de la pared y otras que pueden colocarse sobre la mesa de laboratorio. Saber dónde le gustaría situar su unidad es un paso adelante.

R – Reemplazo: ¿Qué funciona bien para su laboratorio y qué no lo hace? Si ha usado sistemas de agua anteriormente, puede que tenga una idea de lo que le gustaba y lo que no. Esto le ayudará a centrarse en su nuevo sistema.

Conocer los distintos tipos de agua

Hay muchas maneras de usar agua en el laboratorio. Puede que la utilice para diluir muestras, proporcionar una valoración inicial de los análisis, enjuagar el material de vidrio del laboratorio o llenar baños de agua e incubadoras. Por eso hay que tener en cuenta distintos niveles de pureza.

De acuerdo con la American Society for Testing and Materials (Sociedad Estadounidense para Pruebas y Materiales, ASTM), existen tres categorías principales para el agua: Tipo I, Tipo II y Tipo III. Se diferencian por los distintos niveles de resistividad, carbono orgánico total, sodio, cloruro y sílice. Teniendo en cuenta estos valores, cada tipo de agua es idóneo para una aplicación en concreto.

Los sistemas de agua de Tipo I eliminan una amplia variedad de impurezas, lo que las convierte en el agua de mayor pureza. Lo mejor es utilizar agua de Tipo I, también conocida como ultrapura, para aplicaciones analíticas y moleculares críticas como cultivos celulares, cromatografía y espectrometría de masas.

El agua de Tipo II se suele usar en analizadores clínicos, alimentación de instrumentos, aplicaciones de electroquímica y dilución de muestras. Se puede añadir a tampones, medios y reactivos, y se puede utilizar como fuente para sistemas de Tipo I. Aunque no se considera ultrapura, es lo suficientemente pura para aplicaciones rutinarias.

El agua de Tipo III es menos pura, pero es la más común. Se puede usar como fuente para sistemas de agua de Tipo I y Tipo II o para preparar otras tareas del laboratorio. El agua de Tipo III tiene un uso mucho más general y debe reservarse para aplicaciones no críticas, como para lavadoras de material de vidrio del laboratorio y autoclaves.

Tomar medidas

Priorizar la calidad del agua le puede ayudar a que sus resultados alcancen un nivel más alto de precisión. Asegúrese de establecer y observar las normas para purificar agua y utilizarlas en su laboratorio. Esto puede incluir el enjuague de los filtros y contenedores de los puntos de uso y la programación de un mantenimiento preventivo. Lleve un registro de los tipos de impurezas que observa en su fuente de agua y sepa cuáles deben filtrarse para sus aplicaciones.

Conocer esta información le ayudará a elegir el sistema de agua más adecuado para su investigación. Incluso aunque el agua pueda ser una fuente de contaminación, también es un componente esencial para su trabajo. Tenga confianza en la pureza de su agua con los sistemas y normas adecuados, y conviértala en el centro de su labor científica cada día.

La creación de este contenido se ha inspirado, en parte, en «Contamination in a Microbiological Laboratory», International Journal of Research Studies in Biosciences, 2018; «Detecting and Managing Water Contaminants in the Laboratory» Labcompare, Octubre de 2014; «There is Something in the Water», Life in the Lab, Agosto de 2018, y «Review of The Impact of Water Quality on Reliable Laboratory Testing and Correlation with Purification Techniques», Laboratory Medicine, Noviembre de 2014

Kylie Wolfe es una redactora del equipo de Thermo Fisher Scientific.

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Reference