Los múltiples ámbitos en los que los incubadores de CO2 muestran sus ventajas

Las incubadores de CO2 son ampliamente utilizados en los laboratorios de investigación. El Instituto de Biociencias del Oriente medio, uno de los principales centros especializados en medicina regenerativa del mundo, también trabaja con este tipo de incubadores. Allí, por ejemplo, este equipo se utiliza para procesar las propias células del cuerpo y para aplicaciones de cirugía plástica. Las células, que crecen en el incubador, también se utilizan para reparar tejidos y en tratamientos traumatológicos, ortopédicos y dermatológicos.

Medicina regenerativa

El Instituto de Biociencias solo utiliza muestras de tejido cutáneo y adiposo procedente de células adultas (maduras). Al usar las propias células del organismo (autógenas), se elimina el riesgo de rechazo a la vez que se evita la complicación de la enfermedad injerto contra huésped (una reacción no deseada contra las células inmunitarias del donante). Para ser todavía más específicos: las incubadores de CO2 se utilizan principalmente para incubar células madre de tejido mesenquimal (tejido conjuntivo indiferenciado).

El funcionamiento es el siguiente: primero, se extraen las células del tejido adiposo. Este proceso se lleva a cabo mediante separación enzimática, empleando para ello diversos pasos de filtración y centrifugación. La fase más decisiva es la expansión, es decir, extraer el mayor número posible de células madre, por lo que es absolutamente necesario crear las mejores condiciones de proliferación posibles.

La Dra. Simona Alfano, bióloga del Instituto de Biociencias, nos explica lo siguiente: «Al incubar las células, es sumamente importante que los parámetros seleccionados permanezcan exactamente constantes en todos los niveles».

Y aquí es precisamente donde entran en juego los incubadores de CO2 de BINDER: con sus condiciones de crecimiento celular reproducibles, sus condiciones climáticas constantes, su bajo riesgo de contaminación y su alto nivel de seguridad.

Pandemia del coronavirus

Los incubadores de CO2 también han desempeñado una importante función durante la pandemia del coronavirus: en primer lugar, en el desarrollo de vacunas contra el coronavirus y, en segundo lugar, para probar en las células los fármacos que podrían usarse para tratar el COVID-19. Para poder trabajar, las principales compañías farmacéuticas necesitan grandes volúmenes de células, que pudieron conseguir gracias a la ayuda de un incubador.

Y, después, se probaron los principios activos recién desarrollados con estas células. Las nuevas vacunas utilizadas en la lucha contra el coronavirus también se probaron repetidamente sobre células en laboratorios y fueron sometidas a evaluaciones. Por tanto, los incubadores son un elemento esencial de un laboratorio, como por ejemplo durante la pandemia del coronavirus.

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Biología espacial

El Instituto de Ingeniería Médica de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes de Lucerna ha estado realizando investigaciones en el campo de la biología espacial. El equipo de investigación, dirigido por el Dr. Fabian Ille, trabaja con incubadores de CO2. Las células de una pezuña bovina se incuban dentro del incubador a intervalos regulares hasta que se necesitan para un experimento específico. Recientemente, las células fueron congeladas y llevadas a la ciudad francesa de Burdeos por el Dr. Simon Wüest y un equipo de investigadores.

El motivo de este viaje fue que el equipo de investigación de Lucerna había sido seleccionado por la Agencia Espacial Europea ESA para participar en vuelos parabólicos sobre el Atlántico. Poco antes de los vuelos parabólicos, que iban a durar un total de tres horas, las células fueron retiradas del incubador y trasladadas a un hardware de vuelo que había sido preparado específicamente para este fin y estaba en condiciones de temperatura controlada.

Los científicos de Lucerna querían utilizar los vuelos parabólicos para investigar cómo responden y se adaptan las células a las fuerzas mecánicas. Los datos obtenidos les ayudarán en futuros intentos de cultivar cartílago de mejor consistencia y más fuerte, por ejemplo. En otras palabras, puede que sea posible extraer células de un paciente, reproducirlas con este nuevo método y volver a utilizarlas para tratar a pacientes humanos.

«Las condiciones de ingravidez nos están ayudando a realizar progresos importantes», dice el Dr. Ille, que reflexiona sobre cómo va el proyecto de investigación hasta la fecha. En las pruebas de laboratorio realizadas hasta el presente, Wüest e Ille han podido demostrar a grandes rasgos que este proceso podría funcionar en el futuro. En dichas pruebas, se simularon condiciones de ingravidez mediante una máquina de posicionamiento aleatorio. En este caso, también se usó un incubador de CO2 de BINDER.

Requisitos que deben cumplir los incubadores de CO2

La seguridad es la máxima prioridad. La esterilización a 180 °C garantiza, por ejemplo, que cada serie de ensayos comienza con el incubador limpia y totalmente estéril. Además, está diseñado sin ventilador, lo que significa que no se agitan los gérmenes. El resultado es una mejor proliferación celular y la ausencia total de contaminación por gérmenes suspendidos en el aire. La cámara interior encajada y profunda, sin esquinas ni bordes, también permite que el incubador se limpie a fondo con facilidad.

Por tanto, no es de extrañar que los principales fabricantes de productos farmacéuticos confíen específicamente en los incubadores de CO2 de BINDER. Los incubadores de BINDER también ofrecen un sistema a prueba de fallos único que proporciona seguridad adicional en caso de que falle el sensor de CO2. Otra ventaja es el hecho de que se reduce al mínimo el riesgo de secado de las muestras gracias a la elevada humedad máxima y al escaso movimiento del aire.

CO2 Chambers

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