Un futuro más brillante para la agricultura y las energías renovables

Por Gina Wynn.

El cambio climático, la globalización y una generación de agricultores que se acerca a la edad de jubilación son sólo algunas de las tendencias que han llevado a muchas explotaciones a la quiebra en los últimos años. Sin embargo, el creciente uso de la agrovoltaica es al menos un avance que cada vez más agricultores ven como una tendencia a su favor. La tecnología podría iluminar el camino hacia una nueva era de uso de energías renovables, una mejor conservación del agua y la creación de un sistema alimentario más sostenible.

La agrovoltaica consiste en cultivar cosechas agrícolas debajo de instalaciones solares fotovoltaicas. Es un tipo de desarrollo solar de bajo impacto que, entre otros, el Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL) del Departamento de Energía de EE.UU. ha estudiado durante los últimos 10 años. A través de su proyecto InSPIRE (Innovative Site Preparation and Impact Reductions on the Environment), el NREL ha estado investigando el impacto económico y ecológico de las prácticas de doble uso del suelo, incluyendo el emparejamiento de las instalaciones solares con los cultivos agrícolas, el crecimiento de la vegetación nativa y los hábitats de los polinizadores, según nrel.gov.

Un modelo para pequeñas explotaciones

Uno -de los cerca de doce- emplazamientos agrovoltaicos del NREL en Estados Unidos, El Jack's Solar Garden en el condado de Boulder (Colorado), ha instalado hileras de 3.200 paneles solares en un campo de cuatro acres (aprox. 1.6 hectáreas). Unos 40 tipos de plantas como tomates, ajos, lechugas, rábanos, pimientos, remolachas o coles crecen debajo de los paneles, montados en postes de entre dos y tres metros de altura, con una separación suficiente para que un tractor pueda pasar entre ellos.

Byron Kominek, antiguo voluntario antiguo voluntario del Cuerpo de Paz y funcionario de recursos naturales de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, es el propietario de la granja familiar de 24 acres (cerca de 10 hectáreas) que había estado produciendo alfalfa y heno durante casi cincuenta años. Cuando estos cultivos dejaron de ser rentables, Kominek vio en la agrovoltaica un medio para mantener a su familia y ayudar al mismo tiempo al medio ambiente. Trabajó con el NREL e investigadores de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) para construir "un modelo para otras pequeñas granjas que quieren mantener sus suelos productivos y, al mismo tiempo, aprovechar los beneficios económicos que puede proporcionar la producción de energía limpia", según el artículo de Solar Power World "Largest agrivoltaic research project in U.S. advances renewable energy while empowering local farmers" que traducido sería "El mayor proyecto de investigación agrivoltaica de EE.UU. hace avanzar la energía renovable a la vez que capacita a los agricultores locales" de RE Hansen.

Merece la pena el reto

Sin embargo, el cambio a la agrovoltaica no fue fácil. La CSU y el NREL ayudaron a Kominek a trabajar con los organismos reguladores del condado para cambiar la designación de sus tierras de modo que tuviera la aprobación para instalar el panel solar. Luego, para financiar los paneles de 2 millones de dólares, Kominek tuvo que poner su granja y el conjunto como garantía. Sin embargo, hasta ahora su inversión ha dado sus frutos y, según el artículo de npr.org, "Este 'jardín solar' de Colorado es literalmente una granja bajo paneles solares".

Kominek y los investigadores descubrieron que muchas de las plantas bajo los paneles prosperaban gracias a la sombra intermitente que proporcionaban las estructuras. Esa sombra también ayudaba a reducir la evaporación del agua de riego. Además, el agua que sí se evaporaba ayudaba a enfriar los paneles solares que se estaban cociendo y los hacía funcionar con más eficacia.

A medida que otras explotaciones agrovoltaicas han ido registrando la misma reducción del uso de agua, los estados occidentales que han luchado contra la sequía se han interesado especialmente por la agrivoltaica. Un estudio de la Universidad de Arizona demostró que algunos cultivos situados bajo paneles solares necesitaban un 50% menos de agua. Utilizar menos agua beneficia al medio ambiente y también reduce los gastos de riego.

Una fuente de energía más limpia y ecológica

En cuanto a la economía, Kominek vende 1,2 megavatios de energía a la red local, suficiente para abastecer a 300 hogares durante un año. La capacidad de generar y vender energía proporciona a los agricultores como Kominek una fuente de ingresos adicional y estable en un sector agrícola imprevisible. Además, al utilizar la energía solar para crear energía en lugar de combustibles fósiles, Kominek contribuye a cumplir los objetivos de energía renovable del país.

Ahora, con cerca de 2.000 millones de dólares asignados a la energía renovable a través del Acuerdo Bipartidista de Infraestructuras, Estados Unidos pretende ampliar el uso de las energías renovables, incluida la solar. Según un estudio reciente de la Universidad Estatal de Oregón (OSU), las explotaciones agrícolas podrían generar el 20% de la electricidad de Estados Unidos si el 1%, es decir, 13.000 millas cuadradas (o 34.000 km2) de terreno agrícola (un área del tamaño de Maryland) se convirtiera en agrovoltaica.
today.oregonstate.edu/news.

Además, los terrenos no agrícolas para el desarrollo solar son cada vez más escasos. Para 2030, la energía solar a escala de servicios públicos podría cubrir casi 2 millones de acres (unas 810.000 hectáreas) de tierra en Estados Unidos, según el NREL.

Las ventajas de la agrovoltaica son claras para los investigadores. Además de proporcionar una alternativa práctica al acaparamiento de tierras para la creación de energía o la producción de alimentos, ofrece un rayo de esperanza para las pequeñas y medianas explotaciones que buscan aumentar sus beneficios.

Gina Wynn es redactora de contenidos de Thermo Fisher Scientific.

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Reference